Peter Sunde, fundador de The Pirate Bay,
fue condenado a dos años de prisión, pero tras salir de la cárcel nos
ha sorprendido con un invento bastante llamativo, la Kopimashin, una
auténtica máquina de piratear
que consigue poner en evidencia a la industria musical por uno de sus
argumentos más absurdos y criticados, pero también más utilizados en su
lucha contra las violaciones de derechos de autor.
Hablamos de la idea de “una copia ilegal un perjuicio económico”,
sin más, sin importar si realmente esa persona habría podido comprar el
disco y sin tener en cuenta otras consideraciones igualmente
importantes. Simple y llanamente se asocia el hecho de copiar a un daño
directo contra la industria, un concepto totalmente erróneo que
la Kopimashin deja claro.
Esta máquina ha sido creada sobre la base de una Raspberry Pi y una pantalla LCD,
y su función es generar copias infinitas de la canción “Crazy”
de Gnarls Barkley, tarea que consigue realizar a un impresionante ritmo
de cien copias por segundo.
¿Y esto para qué? Dichas copias no se distribuyen, no se escuchan, no
se comparten con nadie, son sólo copias y copias de una canción, pero
según la idea que defiende la industria a pesar de todo la actividad de
dicha máquina le estaría generando a la industria pérdidas de 10,8 millones de dólares al día.
Absurdo, ¿verdad? Pues esa es la clave de la Kopimashin, demostrar lo absurdo que resulta atribuir un valor fijo a la mera idea de una copia una pérdida económica sin tener en cuenta nada más.
Fuente:
http://www.muycomputer.com/2015/12/22/kopimashin-maquina-piratear
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