El LHC del
CERN (Ginebra) hizo colisionar núcleos de plomo a la mayor energía jamás
conseguida para entender qué ocurrió en los primeros instantes del Big
Bang.
El acelerador más poderoso del mundo, con sus 27 kilómetros de circunferencia y sus cientos de poderosos imanes, hizo colisionar núcleos de plomo a la mayor energía jamás conseguida
hasta el momento. No fue una tarea sencilla. Antes ya se había
conseguido hacer colisionar protones, pero en esta ocasión se aceleró un
núcleo atómico complejo, como lo es el de plomo, que está formado por
208 protones y neutrones.
«La energía de colisión entre dos
núcleos alcanzó los 1.000 TeV (Teraelectronvoltios), que es la misma que
tendría un abejorro que chocara contra nuestra mejilla durante un día
de verano -explicó Jens Jørgen Gaardhøje, profesor del
Instituto Niels Bohr de la Universidad de Copenhaguen e investigador del
experimento ALICE del LHC-. A diferencia del caso del abejorro, en esta
colisión entre dos núcleos, esa energía estaba concentrada en un
volumen que es aproximadamente 10-27 (10 elevado a la menos 27) veces
menor (es decir, un billón de veces más pequeño). Por ello, la concentración de aquella energía fue, por lo tanto, tremenda, y nunca se había conseguido alcanzarla bajo condiciones terrestres».
El objetivo de estos experimentos es comprender un poco mejor las propiedades de la materia apenas unos instantes después del Big Bang,
cuando en el Universo naciente las interacciones entre partículas se
producían a unos enormes niveles de energía que, hasta ahora, habían
sido imposibles de alcanzar en un laboratorio.
Fuente:
http://www.abc.es/ciencia/abci-gran-acelerador-hadrones-adentra-origenes-materia-201512031652_noticia.html
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