El Curiosity no es una broma. La misión de exploración en Marte dirigida por la NASA ha costado mucho dinero y, más importante, mucho tiempo y esfuerzo. Y, más importante todavía, está aportando a los científicos una información tan extraordinaria como imposible de encontrar en otro sitio.
Como no podías ser de otra forma, una misión de semejante calibre ha sido diseñada de arriba abajo para solventar cualquier incidencia que se produzca, así como para anticiparla de ser posible. Para ello no se construyó un rover, sino tres: Curiosity, que está en Marte; otro del que se desconoce el nombre se desconoce y que se encuentra en los laboratorios de NASA, donde es sometido a pruebas relacionadas con el software y las cámaras; y un tercero al que han llamado Scarecrow (espantapájaros), cuyo cometido es probar su desempeño en cuanto a terreno y gravedad.
En el vídeo sobre estas líneas el Science Channel muestra el día a día de Scarecrow, cómo los ingenieros comprueban aquí en la Tierra, intentando imitar las circunstancias a las que se enfrentará el Curiosity en Marte, si el vehículo soportará el próximo destino. ¿El peor escollo a sortear? Las dunas de arena.
Cerca de cumplir cuatro años en suelo marciano, seis desde que dejase atrás nuestra querida pero maltrecha canica azul, el Curiosity es todo un evento para el conocimiento, pero también para la imaginación. Hace poco más de dos meses nos regalaba otra vista de 360 grados del planeta rojo sin duda sugerente.
Fuente:
http://www.muycomputer.com/2016/04/30/scarecrow-curiosity
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