(He conservado el artículo original
de la página pero he decidido actualizarlo con los resultados finales de
la investigación; de no hacerlo, el artículo se había convertido en
algo confuso. He actualizado, además, con fotos de uno de mis
ejemplares, ahora que sí he conseguido hacerme con ella. Historias como
la presente son la razón de la existencia de retromaquinitas, así que en
caso de coger información del mismo sólo pido que se haga mediante la
correspondiente cita.)
El siguiente artículo es fruto de mi investigación personal, el resultado de la cual se puede leer al completo en la revista Retro Gamer nº17 (p.32-39).
Características de la Overkal
- Fabricante: INTER ELECTRÓNICA.
- Procesador: No tenía.
- Formato: Interruptores, juegos integrados.
- Puertos: 2 mandos conectados permanentemente.
- Librería de juegos: 6 variantes para jugar a 8 juegos.
- Precio Original: 9.000 pesetas de 1973/74/75, que equivaldrían a algo entre 500 y 600€. VENTA POR CORREO: 9.400 pesetas con un 10% de descuento, es decir, 10.450 pesetas precio completo. O 2.490 pesetas y 8 mensualidades de 995 ptas. Más 150 pesetas de envío.
- Ventas: Desconocidas. El hecho que estuviese en El Corte Inglés me hace pensar que se vendieron más de la media docena que se creía en existencia. En mi caso tengo localizadas una decena. Sea como sea, su rareza es extrema.
Historia
Los precedentes
En 1966, Ralph H. Baer[1] se encuentra
en Nueva York, esperando a alguien – no recuerda a quién – sentado en
unos escalones en el exterior de una terminal de autobuses. La idea de
jugar a juegos usando un televisor doméstico vuelve a su cabeza. Y
vuelve porque ya había estado allí. En un trabajo previo en Loral[2]
sugirió esa misma idea pero la respuesta fue que lo olvidase, que no
tenía tiempo para eso. Pero ahora está en Sanders[3] y la idea vuelve.
Recuerda que al día siguiente llega a su oficina, se sienta, y escribe
un documento de cuatro páginas[4]. Ese documento, sin hablar de
interactividad, pondrá las bases de todo lo que vendrá más tarde:
conectar algo a un televisor y jugar a juegos con el sistema. Unos días
más tarde, Baer pone a un técnico a construir el juego de televisor #1.
No lo llaman así, pero eso es. Una demostración de cómo poner un punto
en pantalla, moverlo y darle color. Una vez hecho esto, nada pasará
durante meses (comunicación personal en Oral History of Ralph Baer, 12
de octubre, 2006).
La historia que lleva desde la aparición
de la Brown Box (primer prototipo) entre 1967 y 1968 hasta el
lanzamiento comercial de la Magnavox Odyssey en agosto de 1972 es
fascinante y una lectura obligada, pero no es este el objetivo del
presente artículo. El propio Ralph H. Baer la cuenta con todo tipo de
detalles, pruebas y documentos en el libro seminal Videogames: In the
Beginning (Baer, 2005), del que es autor. Y lo más importante, lo hace
sin pelos en la lengua. A Baer le debemos mucho más que la Odyssey. Sí,
por difícil que parezca, le debemos más que la primera consola de la
historia. A Baer le debemos, directamente, la historia. Ingeniero
meticuloso como pocos, anotó fechas, datos y pensamientos de todo el
proceso creativo y comercial. Su libro es un documento único, ejemplar.
Gracias a él disponemos del génesis del entretenimiento electrónico sin
incertidumbres, sin dudas, sin polémicas. Y también gracias a él todo
esto está disponible tanto a la vista pública como en el Smithsonian
National Museum of American History, al que donó sus unidades de prueba,
sus modelos de producción, sus notas y sus esquemas en 2006. Los
archivos están guardados en el mismo museo que incluso, en 2014, el año
de la muerte del genio, se encargó de preservar su taller al completo,
habitación que a día de hoy preside el ala de innovación del
Smithsonian.
[1] Ralph Henry Baer (nacido Rudolf
Heinrich Baer, 8 de Marzo de 1922 – 6 de diciembre de 2014). Inventor de
la Magnavox Odyssey y padre de la consola doméstica y los juegos
mostrados en una pantalla de televisión.
[2] Loral Corporation, empresa de defensa fundada en 1948 y desaparecida en 1996, especializada en radares.
[3] Sanders Associates, empresa de defensa fundada en 1951 y vendida en 1986, especializada en electrónica.
[4] Disponible en http://www.ralphbaer.com/video_game_history.htm.
La Odyssey fuera de Estados Unidos
La Magnavox Odyssey pasará a la historia
como la primera consola doméstica de la historia y varios centenares de
miles de americanos tendrán una en sus casas. La Magnavox Odyssey
también se exporta a varios países, entre los que no está España.
Alemania, por ejemplo, recibe su adaptación de mano de ITT Schaub-Lorenz
que la vendió a finales de 1973 con el nombre de Odyssee. Pero, ¿qué
pasa en España?
Pues, ciertamente, algo curioso.
Lamentablemente no se sabe quién, pero alguien entra en contacto con la
Odyssey. Alguien experto en electrónica, capaz de entender el interior
de esa máquina, capaz de emular a Baer. Hay al menos tres clónicas
conocidas de la Odyssey. Una en Argentina (Telematch de Panoramic), otra
en Suecia (Kanal 34) y una en España, llamada Overkal. Y la Overkal, el
clon español, es a la vez la más temprana y la más curiosa de todas
ellas. En las palabras del propio Baer:
“Sea como sea, esta es una unidad
interesante obviamente diseñada por alguien que sabía lo que hacía, un
diseño pirateado con interruptores en vez de cartuchos. Me gusta la
idea, si hubiese puesto más interruptores hubiese podido usar no tan
sólo todos los juegos de Odyssey sino que incluso más. Pero claramente
no era ese el objetivo, que era hacer algo vendible… igualmente, ¡listo
pero un freak!” (Comunicación personal a Winter, 1996).
David Winter, de hecho, tiene mucho que
ver con todo esto. A principios de los 2000, Winter se dedicaba a
escribir a los propietarios de clones de Pong para comprar sus
artículos. En uno de estos intercambios, contactó con un madrileño que
había comprado una en El Rastro. La elevada cantidad de dinero que le
dio para comprarla sorprendió a más de uno y empezó la curiosidad sobre
la máquina. La Overkal es un sistema raro y desconocido. Se cree que
data de 1973 (lo que lo convertiría en la consola europea más antigua de
la historia[1]),
pero no hay fecha oficial de lanzamiento ni documentación que la
confirme. Por no haber, no dispone tampoco de ningún tipo de licencia de
Magnavox. Lo que voy a contar es una historia que empieza en 2013
cuando, al investigar para dedicar un artículo a la Magnavox Odyssey, me
topé con la enigmática Overkal. Tres años de frustración y una amarga
conclusión, testimonios y buenas personas que han ayudado hasta dónde
han podido y con las que estaré siempre en deuda. Esta historia es, en
gran parte, suya. ¿Me acompañan?
[1] Anticipándose a la Home TV Game de Videomaster (UK), de 1974.
La fecha
El 3 de abril de 2013, tras publicar el
mencionado artículo, recibo un correo electrónico de alguien llamado
Fernando. En él me cuenta que, tras leer el fragmento dedicado a la
Overkal – muy limitado por aquel entonces – quería añadir algunos
detalles. Él era propietario de una unidad, comprada hacía
aproximadamente 40 años, en perfecto estado y que funcionaba. Según él,
solo había perdido los billetes para jugar a la ruleta. Además, me
contaba que llevaba un año peinando Internet en búsqueda de información y
otras unidades y que había identificado unas siete. Se ofrecía a
aportarme información y, además, me daba un par de pistas: la consola
fue comprada en El Corte Inglés y su pegatina con el precio tenía un
número de cuatro cifras que no era capaz de leer.
Fuese como fuese, ese correo despertó mi
curiosidad. Una consola que podría ser la primera consola hecha en
Europa de la historia. Que, además, era española. Que Baer consideraba
interesante. Que fue vendida en sitios como El Corte Inglés, al acceso
de cualquiera. Y de la que, por no saber, no se sabía ni el precio.
El 13 de abril visité a Fernando que,
por casualidad, era prácticamente vecino. Ante mí, una Overkal en buen
estado estético con su caja y sus manuales, listos para ser explorados.
La máquina y sus juegos
La Overkal tiene un parecido más que
razonable a la Magnavox Odyssey, lo que parece confirmar que se trata de
un clon en toda regla. No obstante, se vendía en El Corte Inglés – algo
que no deja de ser curioso teniendo en cuenta su posible carácter
pirata, pero tampoco sorprende – y tiene algunas diferencias estéticas.
Sus creadores debieron haber probado la Magnavox Odyssey, puesto que
eliminaron dos de sus debilidades: uno, los cartuchos de jumpers,
sustituyéndolos por un inteligente sistema de interruptores; y dos, los
mandos, que estaban permanentemente conectados a la consola, evitando
la problemática que tenía la Magnavox Odyssey original con los
contactos. Los mandos son idénticos; de hecho, sólo traducen el texto.
Ambos tienen el mismo tacto, el mismo peso y el mismo sistema de
apertura. Es algo particular, puesto que uno diría que parecen incluso
del mismo fabricante, cosa que, probablemente, no tenga demasiado
sentido, pero quién sabe.
La existencia de tan pocas fuentes hace
que verificar la información sobre la consola sea una quimera. Sin ir
más lejos, el propio Winter menciona en su página que la Overkal
disponía de siete juegos, cuando la caja anuncia claramente que son
ocho: carreras espaciales, esquí, tenis, tenis de mesa, persecución,
fútbol, ruleta y ataque submarino.
Curiosamente, la Overkal difiere de la Odyssey en varios puntos:
- Usa botones, en vez de cartuchos de contactos, para seleccionar el juego.
- Solo dispone de ocho juegos.
- No tenía rifle de luz. No está claro cuál es el motivo, aunque podría ser por coste. No tendría sentido que fuese por desconocimiento, ya que la Odyssey tenía referencias al rifle y sus juegos en el propio manual de la consola.
- Los mandos de control de la Overkal van conectados directamente a la placa. En la Odyssey se podían quitar y poner. En este caso iba a beneficio del propietario, porque en la Odyssey original los conectores se dañaban con relativa facilidad.
- La circuitería es increíblemente similar a la Odyssey, incluso algo más elegante, con las adaptaciones necesarias para la conexión a las televisiones españolas. Y aunque tenga una conexión directa por antena mantiene la switchbox[1]original, algo que se supone que es por si algún televisor mantenía una entrada distinta.
[1] Caja, habitualmente metálica, usada para conmutar distintas entradas (en este caso, consola y televisor).
El precio y su venta
Una de las cuestiones que parece poder
definirse ya es el precio. Un folleto adquirido por un amable usuario,
Adrián Morcillo (comunicación personal, 17 de junio, 2015), que anuncia
la Overkal como "el tercer canal" – se entiende que tras la uno y la dos
de Televisión Española, únicas disponibles en esa fecha - arroja luz
sobre un tema clave, el coste. Pagada al contado, la Overkal se podía
obtener por 9.400 pesetas, a las que se debería añadir 150 pesetas por
el envío. La opción a plazos permitía una entrada de 2.490 pesetas con
ocho mensualidades adicionales de 995 pesetas cada una (lo que daría un
precio completo de 10.450 pesetas), más el envío. Así pues, la Overkal
estuvo disponible a través de la compra por correo. Como mencioné antes,
también estaba disponible en El Corte Inglés. Los dos ejemplares
identificados como comprados allí arrojan dos precios distintos, pero
coherentes con el resto de datos. La máquina de Fernando muestra un
precio ininteligible que, por la forma, podría ser o bien 8.000 o bien
9.000 pesetas que, teniendo en cuenta su compra al contado en los
grandes almacenes, se parecería a las 9.400 pesetas mencionadas
anteriormente. Otra imagen, de una subasta antigua, arroja otro precio:
5.900 pesetas, escritas a mano, en el formato habitual de las
liquidaciones de producto o inventario de El Corte Inglés. Como
referencia, 10.000 pesetas en 1974 equivalían, aproximadamente, a dos
veces el salario mínimo.
Promodisa (Promodis S.A.)
El folleto, además, dejaba bien claro
que una empresa llamada Promodisa era quién vendía la Overkal por
correo. Tras una búsqueda intensiva localicé una compañía, llamada
Promodis S.A, que por fechas (fundada a finales del 73) podía cuadrar.
Tras llamar al registro mercantil con el NIF correspondiente, me
comunicaron que solo había dos apuntes sobre la misma: su creación y su
disolución. Tras una petición formal (y pasar por caja) me hice con
copias de dichos documentos. La información presente en ellos contenía
datos interesantes.
Primero, y quizás más importante, era la
empresa que buscaba. Fundada el 19 de noviembre de 1973, su principal
actividad era la "promoción y venta directa de todo tipo de artículos de
consumo mediante venta directa a través de correo, operaciones de
reparto y cualquier otro tipo de servicio o distribución". Así que había
dado en el clavo, aunque eso tenía algo positivo y algo negativo.
Positivo fue conocer a quién seguía vivo de dicha empresa (o mejor
dicho, de su matriz). Negativo fue darme cuenta, enseguida, que
Promodisa tenía poco que ver con la Overkal, más allá de haberla vendido
puntualmente. Intenté contactar con varios de los nombres, pero se
trataba de personas, ya mayores y retiradas, de la más alta élite
barcelonesa. Contactos con las editoriales implicadas, con los servicios
del Parlament de la Generalitat, con las asociaciones de
exparlamentarios... sin resultado. Al final, siempre lo mismo. Uno tuvo
que tirar de contactos para llegar a uno de los nombres; nombre que me
contó todo lo que sabía.
Y es que la historia que hay detrás de
Promodisa es tan fascinante como representante del mundo editorial de la
España de los 70. La conocida Editorial Seix-Barral, fundada en 1911
como empresa de artes gráficas y refundada por Victor Seix y Carlos
Barral en 1955, estaba en plena ebullición. Múltiples empresas fueron
creadas bajo el paraguas de Seix-Barral en esa época; según me contaba
el único representante de la lista de nombres que pude entrevistar, más
de cuarenta. Mi fuente, de 82 años de edad, no fue capaz de recordar
nada sobre Promodisa, y eso que figuraba como uno de los fundadores. No
era falta de memoria; él recordaba cantidad de detalles históricos
impresionantes, además de poseer una biblioteca y registros de muchas de
las cosas que había hecho, sino que era más cuestión de importancia:
Promodisa tuvo muy poca relevancia entre esas más de cuarenta empresas.
Viniendo de alguien que había tratado, amistosamente, con Allende y
Neruda, por citar algunos nombres, era comprensible. Sí recordaba, por
ejemplo, Métodos Vivientes, una empresa que dedicaron al aprendizaje de
idiomas y que dio buenos resultados. Sin embargo, un nombre le venía a
la cabeza: el de un argentino judío, llamado Jacobo Muchnik, editor y
bon vivant, según él, que tenía ojo para los negocios. Musnik, que
falleció en 1995, podría ser un buen vínculo porque, curiosamente, otra
de las clónicas de la Magnavox Odyssey, la Telematch de Panoramic, era
argentina. Tampoco tiene ni fecha ni precio conocidos, pero usa un
sistema de botones sospechosamente parecido al de la Overkal. Es un
vínculo débil, sin duda, pero el mundo parece demasiado pequeño como
para que no tenga relación.
Volviendo a Promodisa, tras una hora de
conversación con mi fuente llegué a dos conclusiones: una, la lista de
fundadores era la habitual para todas las empresas del grupo, empresas
que no controlaban en persona y, por lo tanto, de las que sabían poco,
especialmente en el caso de la corta vida de Promodisa. Y dos: que,
tristemente, la cosa estaba fea. Los dos que seguían vivos tenían más de
80 años. Otros, como Joan Reventós (fundador del PSC, diputado, senador
e incluso presidente del Parlament de Catalunya), habían fallecido
hacía años. La pista de Promodisa me dio una hora de conversación y
aprendizaje con un amable señor mayor cuya experiencia estaba a años luz
de la que yo tendría nunca y la sensación de que la historia se nos
escapaba por momentos y que lo hacía para no volver.
La fecha
El punto más importante en la
investigación que nos ocupa es seguramente el más complicado. Tras la
publicación de un artículo dedicado a lo que había averiguado hasta el
momento sobre la máquina, el 14 de abril de 2013, me llegaron
comentarios y correos de dos tipos. Uno, los que me querían vender una
Overkal, siempre a precios populares. Dos, los que aportaban datos y
pistas de interés. De los segundos hubo de todo, entre ellos el anterior
de Adrián arrojando luz sobre el precio, pero también quién afirmaba
que la fecha era 1973 por el depósito legal presente en el manual de
instrucciones (B 54.487-73). En primer lugar, hay que tener en cuenta
que ese número corresponde al manual, no a la consola. El citado
depósito legal nos da, en realidad, dos otras pistas. Una, la B, que
indica que fue registrada en Barcelona. Dos, el 73, que indica que lo
fue en 1973. No obstante, eso es solo un hito inferior; es decir, la
consola es, como mínimo, de 1973 pero eso no implica que apareciese en
ese año, podría ser más tardía. Contacté con el registro y su respuesta
fue que esa información no estaba digitalizada, así que lo tenían que
buscar a mano. Tocaba esperar.
Por otro lado, una búsqueda exhaustiva
en las hemerotecas disponibles arroja varios datos interesantes. Quizás
el más destacado sea la aparición de un anuncio de Almacenes Capítol
(también conocidos como Almacenes Alemanes, en Barcelona, desaparecidos
en el 82) en la página 2 de La Vanguardia del 24 de noviembre de 1974,
anuncio que se repetiría de nuevo el 1 de diciembre y que habla
claramente de la Overkal y de su precio: 9000 pesetas. Dato que casa
perfectamente con los precios vistos anteriormente y que, además, nos
indica que no se trataba de ninguna liquidación. ¿Qué aporta esto? Pues
que estamos hablando de campaña de Navidad de 1974. Anteriormente no hay
referencias y, lógicamente, tampoco las hay en los anuncios de los
almacenes de 1973.
Por otro lado, el testimonio de Tatiana
Delgado y sus padres (comunicación personal, 29 de abril, 2015) llevan a
otra fecha muy representativa. Como regalo por hacer la lista de boda
en El Corte Inglés recibieron de regalo una Overkal. Si la boda fue en
julio de 1974, entonces la Overkal debe estar fechada antes de julio;
probablemente no mucho antes, pero sí dentro de la ventana que nos abre
este dato.
¿Qué me permite semejante afirmación?
Aunque parezca mentira, los anuncios de ofertas de empleo de la época.
Primero, el manual contiene un dato que veremos más adelante y es la
dirección del servicio técnico central, en Barcelona. Capità Arenas
21-25, dice. Pues resulta que, entre abril y mayo de 1974, multitud de
anuncios que en La Vanguardia buscaban técnicos de TV para reparaciones a
domicilio lo hacían desde esa dirección. Así, es muy probable que
tuviese algo que ver con la conformación de ese servicio técnico. Con
eso digo, sin posibilidad de afinar más, que la Overkal apareció entre
abril y junio de 1974. El otro anuncio interesante es de Promodisa, que
en septiembre de 1974 buscaba director comercial. Así que, dado que sin
director comercial era poco probable que estuviese en funcionamiento
activo, es deducible que Promodisa fue más tardía que El Corte Inglés en
la distribución de la consola.
Otros datos interesantes a tener en
cuenta: la Overkal no aparece en los catálogos del Sonimag ni del 73 ni
del 74. La no aparición en la muestra más importante de Sonido e Imagen
de la época (ni en el SIMO, dicho sea de paso) de la primera
videoconsola que pisaría España (y Europa) es significativa y lo es, más
que nada, para tener clara la poca importancia que se le dio a
semejante aparato. Probablemente considerado más un juguete o un
experimento que una revolución, quedó oculta tras la fiebre del momento:
la televisión en color.
Fabricante
Quizás sea aquí, en el fabricante, donde
la incógnita seguía siendo mayor. En una página del manual, una serie
de números de teléfono y direcciones de las principales ciudades
españolas nos hacían pensar que la empresa fabricante podría tener
relación con ellos. Algunos sitios mencionan "I.S.S.A." como fabricante,
pero esas iniciales no parecen llevar a ningún sitio. Posiblemente sean
iniciales de otra cosa o abreviación de un nombre corporativo, pero es,
por ahora, un callejón sin salida. Los números de teléfono, en general,
llevan a números desaparecidos o a tiradores de cartas del Tarot. Pero
es aquí donde una extraña coincidencia, de la que solo tenía pruebas
circunstanciales, tiene lugar. Atentos, que vienen curvas.
Primero, una red de más de veinte
servicios técnicos por las principales capitales de España no es poca
cosa (ni en 1974 ni hoy). Así, la propiedad de los mismos debería ser de
un fabricante con entidad. Segundo, ¿y si buscamos por Overkal?
Aparecen mencionados unos modelos de radios, de mitad de siglo, con ese
nombre de modelo. El fabricante era Inter Electrónica (o Internacional
de Radio y Televisión), fundada en Barcelona en 1948. Curiosamente, a lo
largo de su historia fabricaron receptores de radio, tocadiscos,
magnetófonos y... televisores. ¿Sería tan raro que un fabricante de
televisores hubiese fabricado también una consola para conectarla a los
mismos? ¿À la Magnavox? Esa pista me llevó a otra conexión improbable:
algunas fuentes, de forma incorrecta, citan que alguno de esos servicios
técnicos era de Grundig, empresa alemana, cosa que es imposible en esa
época. El motivo es simple: Grundig desembarca en España en 1978 de la
mano de... Inter Electrónica. De hecho, Grundig compró Inter Electrónica
y un anuncio a plena página 2 de La Vanguardia del 27 de abril de ese
año lo cuenta exactamente así. Así que si los servicios técnicos
restantes en alguna de esas direcciones correspondió a Grundig es porque
antes habían pertenecido a Inter Electrónica.
Creía haber dado con un callejón sin
salida pero una carta inesperada, de la Biblioteca de Catalunya, sellada
por el registro del depósito legal de Barcelona, trajo consigo la
revelación. Certificaban que el número de depósito legal B-54.487-1973
fue solicitado por Ràpid-Text (que sería la imprenta del manual) en
fecha de 27 de diciembre de 1973, que correspondía a una obra con el
título de Overkal y, oh maravilla, que su autor y editor era Inter
Electrónica. Empresa que incluso algunos recordaran precisamente de la
mano de sus radios y televisores, abreviada como Inter o,
posteriormente, Inter-Grundig. Así pues, por primera vez tenía una
evidencia tangible y contrastada de algo que nadie había mencionado
hasta hoy: que la Overkal no la fabricó ninguna empresa testimonial o de
corta duración sino que fue producto de una de las empresas pioneras
del sector de la radio y televisión en España, que fue planificada en
1973 y que salió a la venta en la primera mitad de 1974, muy
probablemente entre abril y junio.
De hecho, este dato me llevó a hacer una
búsqueda entre antiguos empleados de Inter Electrónica. No fue fácil
(gente que hubiese estado allí en 1973 y que siguiese en activo o
localizable) pero encontré una antigua empleada que vivió todo el
proceso en Inter Electrónica y me confirmó, muy amable, que la ventana
de fechas era la correcta. Además, según ella, fue en el mismo 74 cuando
Inter empezó a buscar un comprador (con lo que se apartó de las líneas
no principales de negocio) y en el 75-76 cuando alcanzó el acuerdo que
se cerraría en el 78 con Grundig.
Entonces, ¿es o no es la primera?
Muchos os estaréis preguntando eso
mismo. Datos variados y, en parte, inconclusivos nos llevan a pensar en
lo peor: que no tenemos ni idea del dato real. Pero varias cosas están
claras: uno, si hablamos de consolas clónicas, la Overkal es, sin lugar a
dudas, la primera consola clónica que pisó Europa. Ese título, tan
español, queda otorgado. No obstante, el siguiente título en disputa es
el que concierne, simple y llanamente, a la primera consola Europea de
la historia. El rival, la Videomaster Home TV Game (modelo VM 577). Pero
la Home TV Game tampoco tiene fecha confirmada de lanzamiento y,
además, se ve envuelta en un asunto todavía más complejo: primero se
vendió, a finales de 1974, como kit montable (al estilo de los kits de
Sinclair en los 80), y más tarde, ya en 1975, tuvo sus propios modelos
vendidos montados. Aunque sin una investigación existente equivalente
sobre la Videomaster el título es difícil de dirimir, me atrevo a
afirmar que, a la vista de los datos, la Overkal tiene que ser anterior.
Sea como sea, igualmente es justo añadir que la Overkal es un aparato
que, aun siendo clónico, arroja una complejidad técnica y una
inteligencia en el diseño que, con ocho juegos, pasa por encima de los
tres únicos juegos que contiene la Videomaster, que no es más que una
instancia temprana de Pong construida de forma artesanal y sin chip
dedicado (puesto que todavía no existían).
La pregunta real tras todo esto es:
¿cuánta historia se ha perdido? Es duro, pero hay épocas, máquinas,
juegos, artefactos que ya están en fase de mitigación de daños. Es
improbable que conozcamos ya todos sus detalles y es altamente probable
que nunca recuperemos datos fiables o documentación de muchos de ellos.
La Overkal, posiblemente el primer hito del videojuego en España y
Europa, quedará ya como una nota al pie, un aparato del que nadie se
acuerda en Inter (o en lo que queda de ella), un nombre aparecido en
algunos folletos y en el anuncio de difuntos almacenes. Su fecha exacta
de lanzamiento, perdida para siempre. Si no hemos sido capaces de
conservar una diminuta – pero relevante – historia, no quiero pensar lo
que ya hemos hecho con la avalancha de hitos de los cuarenta años
siguientes.
El folleto
Gracias a Adrián Morcillo (@adrymorci)
podemos recuperar estas imágenes invaluables, con todo lujo de detalles y
de curiosidades históricas.
La jugabilidad
Como podéis imaginar, es bien baja.
Además, como el propio Fernando me decía, cuando sus primos compraron
una máquina Pong – tipo las de Atari – ya con color (fucsia y verde, que
no es mucho) y marcador, la Overkal quedó olvidada
hasta que la recuperó hace un par de años de un trastero. Pero al menos
sigue funcionando. Y enciende a la primera, no como una NES.
Los contactos de los mandos han sufrido y seguramente necesitarán una
limpieza; ¿pero qué máquina de 40 años no lo necesita? Aquí os dejo con
un vídeo de la consola de Fernando:
Fuente:
http://www.retromaquinitas.com/index.php/consolas/primera-generacion/overkal
1 comentario:
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