Hoy en día hay tres grandes tratamientos que permiten hacer frente al cáncer;
cirugía para extirpar grandes masas tumorales, radioterapia y
quimioterapia. Estas dos últimas destruyen células cancerígenas, pero
también afectan a las células sanas del cuerpo, así que tiene efectos secundarios muy graves que pueden acabar debilitando mucho a la persona que los recibe.
Esto último hace que actualmente luchar contra un tumor sea toda una
odisea muy complicada, ya que los propios tratamientos pueden acabar
teniendo efectos incluso peores que la propia enfermedad en ciertos
estadios, algo que los científicos quieren cambiar a través del descubrimiento de terapias y tratamientos sustitutivos.
En este sentido un grupo de científicos del UT de San Antonio ha
conseguido dar un importante paso adelante con el descubrimiento de una
nueva forma de atacar formaciones tumorales consideradas de difícil
acceso, es decir, aquellas que se encuentran localizadas en lugares donde la cirugía es imposible o poco viable por implicar un gran riesgo para la vida del paciente.
La idea base detrás de este tratamiento es sencilla, se inyecta un compuesto de nitrobenzaldehído en el tumor y se espera que éste se difunda por el mismo. Posteriormente se aplica una luz ultravioleta sobre la masa tumoral, lo que hace que las células que lo forman adquieran un alto grado de acidez y acaben destruyéndose.
De momento ha sido probado en ratones con una tasa de éxito fantástica, ya que el 95% de las células cancerígenas desaparecían
tras la aplicación de este tratamiento, aunque se encuentra todavía en
una fase muy temprana y su salto a humanos podría no ser igual de
efectiva.
Con todo es una idea excelente, ya que es una terapia mínimamente invasiva y no afecta a las células sanas, cosa que como adelantamos sí ocurre con la quimioterapia y la radioterapia.
Fuente:
http://www.muycomputer.com/2016/07/04/luz-atacar-cancer
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