La última tarjeta gráfica de Nvidia, la Titan X, posee un total de 12 mil millones de transistores. Su fabricación está basada en la arquitectura Pascal, que fue creada en un nodo de 16 nanómetros. Los procesadores Skylake de Intel, actualmente disponibles, se encuentran en los 14 nanómetros, y la misma situación se repetirá con Kaby Lake, que rompe de forma efectiva al tick-tock. En promedio, el hardware destinado a dispositivos móviles aún posee una o dos generaciones de ventaja, pero tarde o temprano llegará a niveles similares. El punto es que no podemos seguir añadiendo transistores a un chip sin hacer ciertos compromisos. Eso nos lleva al estado de la Ley de Moore.
De acuerdo a la Asociación, no será viable en lo económico continuar con la miniaturización más allá de 2021
¿Alternativas? Varias, a decir verdad. La detención del proceso de miniaturización no significa necesariamente una pausa para la cantidad de transistores presentes en un chip. El fabricante de turno puede, en teoría, incrementar la superficie de sus procesadores, explorar diseños tridimensionales, o por qué no regresar al concepto de módulos dedicados y especializados. Por otro lado, sería un error ignorar el potencial de la informática heterogénea, al que muchas compañías ya estudian de cerca. Tal vez el soporte de vida para la Ley de Moore se extienda media década más, sin embargo, nuestro deseo es que ceda su lugar a algo mejor.
Fuente:
http://www.neoteo.com/la-ley-moore-morira-2021
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