sábado, 6 de marzo de 2021

Watchy y el dilema del hardware para amantes del 'móntatelo tú mismo'

 


El Open Source, como la vida, puede ser maravilloso. "Cualquiera" puede coger el kernel Linux, por ejemplo, toquetear su código y adaptarlo a sus necesidades. Si conocéis a alguien de vuestro círculo que lo haga, avisad.

Con el hardware Open Source ocurre algo parecido. La libertad que da tener diseños y código de componentes es fantástica, pero no parece que el mundo esté preparado (o más bien, dispuesto) para el triunfo del 'móntatelo tú mismo'. Nos gustan las cosas ya montadas y que funcionen. Al menos, que lo hagan razonablemente bien.

Watchy es maravilloso pero demasiado "crudo"

En estos últimos días ha salido a la palestra Watchy, un "reloj totalmente personalizable y Open Source con pantalla de tinta electrónica". El dispositivo es una especie de homenaje al legendario Pebble —aunque su pantalla no fuera realmente de tinta electrónica—, y como él la idea era la de lanzarlo en una plataforma de financiación colectiva.

El enfoque de este producto es algo distinto. El Pebble era un producto encantador que también presumía de tinta electrónica, pero era también un producto final que comprabas y funcionaba: no requería esfuerzo por parte del usuario.

Aquel proyecto recaudó más de 10 millones de dólares en 2012 y atrajo el interés (y dinero) de casi 70.000 personas en Kickstarter. Watchy no lo ha hecho del todo mal: ha recaudado casi 135.000 dólares en CrowdSupply gracias a los 1.405 usuarios que han confiado en el proyecto.

La diferencia fundamental está en el enfoque. Wachy —creado por la empresa SQFMI)— es un reloj inteligente que exuda libertad y Open Source por sus cuatro costados. El reloj ni siquiera se vende montado: en la caja te vienen sus principales componentes, que tú tienes que ensamblar con unas parcas instrucciones sobreimpresas en uno de los paneles de cartón que lo protegen. Bueno, también están en la web, claro.

Watchy2

Por supuesto no solo eso es peculiar en Watchy: el reloj está basado en un SoC ESP32-PICO-D4, que ofrece conectividad WiFi y Bluetooth LE y que se puede programar con plataformas como Arduino o MicroPython.

A ese chip se le unen elementos ya conocidos en otros relojes y cuantificadores: tenemos un acelerómetro y un sensor táctil para la detección de gestos, botones táctiles, un motor de vibración y un puerto micro USB para cargarlo.

Sin embargo lo más destacado es su panel monocromo de tinta electrónica o papel electrónico, que tiene una diagonal de 1,54 pulgadas y una resolución de 200 x 200 píxeles. Esa pantalla garantiza una autonomía notable por su bajo consumo (unas dos semanas, afirman sus creadores), pero también la capacidad de ser legible a plena luz del día gracias a las características de este tipo de tecnología.

Watchy 3

En la caja del reloj llegan separados la pantalla, el PCB (la placa con los componentes electrónicos), la batería de 200 mAh y una correa de tela. Montar todo debería llevar tan solo unos minutos y no es especialmente complicado a juzgar por los vídeos que muestran ese proceso (aunque las instrucciones de la caja parecen algo parcas).

Toda la documentación y especificaciones del dispositivo están publicadas en el sitio web del proyecto, que hace uso de una licencia OSHWA especialmente orientada a hardware Open Source, mientras que el código que hace funcionar todo está, cómo no, disponible en un repositorio de GitHub.

Fuentes:

https://www.xataka.com/relojes-inteligentes/watchy-dilema-hardware-para-amantes-montatelo-tu

Así puedes configurar un control remoto y seguro para Raspberry Pi

 Te proponemos una solución fácil de instalar y de poner en marcha para que puedas controlar a distancia tu Raspberry Pi y darle mil usos distintos. 


 

Una de las particularidades de Raspberry Pi es que sirve para muchas cosas, en su mayoría para tareas para las que no necesitas acceder directamente a la Raspberry Pi. Al menos mediante ratón y teclado, porque lo empleamos para tareas para las que ya contamos con mandos a distancia, controles de videojuego o un simple interruptor.

Pero en ocasiones, queremos acceder a la Raspberry Pi. Y hacerlo conectando teclado, ratón y/o monitor puede ser un engorro. La solución, configurar un sistema de control remoto que nos permita hacer cambios o configurar la Raspberry Pi desde la lejanía, empleando un ordenador, tablet o hasta un smartphone.

De soluciones de control remoto hay muchas. Es más, en la ayuda oficial de Raspberry Pi ofrece varias opciones clásicas, como VNC, SSH o rsync. Pero en la mayoría de los casos, hay que acudir al terminal o línea de comandos para manejarlos. Como alternativa, te proponemos remote.it.

Control remoto y mucho más

Para empezar, puedes instalar remote.it en Windows, macOS y Linux. También en la nube, en concreto en AWS (Amazon Web Services). Y lo que nos interesa en esta ocasión, tiene instaladores para Raspberry Pi, en forma de paquete para Raspbian y en forma de imagen preconfigurada con SSH, VNC y todo activado por defecto.

También tiene versión para Android, iPad y iPhone para que puedas acceder a dispositivos a distancia empleando HTTPS, SSH, TCP, RDP, VNC, Samba y otros protocolos. Y lo mejor de todo es que podemos utilizar este software gratis para uso personal.

Control remoto

Simplificando, remote.it permite gestionar dispositivos mediante control remoto. Y para ello emplea conexiones seguras, ya que crea una red privada tipo VPN para evitar accesos no solicitados.

En la práctica, con esta solución puedes conectar un dispositivo cualquiera a tu Raspberry Pi. Tanto por internet como por conexión inalámbrica o a través de redes móviles. Empleando protocolos y estándares varios, podrás ver el escritorio de tu Raspberry Pi o enviar órdenes y comandos sin conectarte por cable al dispositivo.

Instalar y configurar al instante

El proceso de instalación de remote.it es relativamente simple. Como comenté antes, tiene varios instaladores en función de la plataforma. Para Raspberry Pi, puedes instalar una imagen ya configurada en una tarjeta SD o instalar el paquete si ya tienes un sistema operativo instalado en tu Raspberry Pi.

Una vez instalado, puedes configurarlo vía línea de comandos o desde una interfaz web a partir del enlace find.remote.it. Si tu dispositivo de control remoto y tu Raspberry están en la misma red local, aparecerá en esa página.

Cartel de YouTube

Siguiendo las instrucciones oficiales podrás configurar y activar los protocolos que necesites para conectarte a distancia a la Raspberry Pi.

En definitiva, con remote.it podrás ver el escritorio de Raspberry Pi a distancia, realizar órdenes y aplicar cambios o incluso enviar o recibir archivos sin cables de por medio. Una manera práctica de controlar a distancia tu dispositivo esté donde esté.

 

Fuente:

https://hipertextual.com/2021/03/control-remoto-raspberry-remoteit

viernes, 5 de marzo de 2021

La Raspberry Pi Pico es un microcontrolador de 4 dólares con sorpresa: un SoC propio diseñado por la Raspberry Pi Foundation

 


Ya teníamos Raspberry Pi 4, Raspberry Pi Zero e incluso el maravilloso Raspberry Pi 400 como formatos de este prodigioso miniPC, pero ahora llega una nueva iteración llamada Raspberry Pi Pico.

La Raspberry Pi Pico no es tanto un microordenador como un microcontrolador. Una solución que permitirá trabajar en sistemas embebidos de todo tipo y aplicarlo a desarrollos de todo tipo, algunos tan ambiciosos como dispositivos médicos o coches autónomos. Pero esperad, porque la verdadera sorpresa es otra.

La RPi Foundation se convierte en fabricante de procesadores

La Raspberry Pi Pico está gobernada por un pequeño SoC que ha sido diseñado por los propios responsables de este proyecto. Se trata del RP2040, que cuenta con un procesador dual core ARM Cortex M0+ funcionando a 133 MHz, acompañado de 264 KB (¡no MB!) de RAM y 2 MB de almacenamiento integrado.

Rp2040

Ese SoC representa el nuevo papel de The Raspberry Pi Foundation como fabricante de semiconductores, y, en concreto, de SoC. Los responsables de este proyecto llevan trabajando en ello desde finales de 2016, y en septiembre de 2018 ya tenían un primer prototipo con el que empezaron a realizar pruebas.

El chip está fabricado con una litografía de 40 nm de TSMC, y además de esos dos núcleos destaca por tener una unidad PIO (Programmable I/O) que permite por ejemplo emular interfaces como las de las tarjetas SD o VGA.

Será interesante ver hacia dónde pueden dirigirse los pasos de la Raspberry Pi Foundation con este logro, pero desde luego representa un hito singular que podría acabar convirtiendo a esta empresa en un fabricante de SoCs especializados para sus dispositivos.

Esa integración vertical ya ha dado muy buenos resultados en el pasado a otras empresas. Es, salvando la distancias, lo mismo que Apple acabó haciendo con sus primeros Apple A4 (años después hemos acabado con los prodigiosos chips M1), y también lo que Samsung o Huawei han hecho: no solo fabrican móviles, sino también los SoC que los gobiernan en muchos casos (Exynos en Samsung, Kirin en Huawei). Es un comienzo modesto para la Raspberry Pi Foundation, pero uno prometedor.

Microcontroladores a tutiplén

Con esas especificaciones lógicamente las prestaciones son mucho más limitadas que las de las modernas Raspberry Pi 4, y de hecho su orientación es también muy distinta: la idea es aprovecharlo para proyectos de robótica, estaciones meteorológicas y otros proyectos de electrónica.

Esta pequeña placa no cuenta con un sistema operativo como tal que la gobierne: simplemente ejecuta los programas que pidamos que ejecute, y que pueden estar programados en lenguajes como MicroPython o C y que residen en un ordenador desde el cual los lanazmos (como un PC, un Mac o una RPi convencional).

 

De hecho la Raspberry Pi Pico no puede competir con la Pi Zero que a su vez cuesta tan solo 5 dólares, pero es que su función y prestaciones son otras. Esta pequeña placa hace uso de un GPIO de 3,3 V que lo habilita para trabajar con muchos otros componentes que trabajan a voltajes de 3 y 5 V, y destaca por una eficiencia fantástica: para pequeños proyectos es mucho mejor candidata que una Raspberry Pi convencional que consume bastante más energía, y que probablemente está sobredimensionada para esos escenarios.

Su pequeño tamaño y su orientación también hacen que no contemos con conectividad inalámbrica, y debemos pensar en este pequeño microcontrolador como un versátil elemento que en conjunción con un ordenador convencional (o una Raspberry Pi) puede habilitar un montón de proyectos de electrónica tanto para principiantes como para makers e incluso para proyectos industriales mucho más ambiciosos.

Pero más allá de eso, cuidado: ahora las Raspberry Pi Pico tienen su propio SoC. ¿Hacia dónde nos puede llevar eso? Ni idea, pero esto promete.

 

Fuente:

https://www.xataka.com/accesorios/raspberry-pi-pico-microcontrolador-4-dolares-sorpresa-soc-propio-disenado-raspberry-pi-foundation